En algún momento de mi vida, en el año 2011 para ser preciso, me llamó la
atención un mega proyecto que prometía ser un área con muchos edificios de Arquitectura
novedosa y llamativa.
Un lugar al que le llamarían Nuevo Polanco o Pequeña Nueva York. Yo buscaba
en ese entonces un departamento y lo encontré en una clásica pre-venta. Realicé
todos los trámites y fui investigando poco a poco sobre los desarrollos que
existirían ahí. Para mi sorpresa, descubrí que estaría el nuevo Museo Soumaya,
el Museo Jumex, un acuario impresionante y el mejor teatro de Latinoamérica,
entre muchas otras cosas.
Y así fue como la zona de Ampliación Granada se fue llenando de edificios
que no respetaban los límites mínimos que un proyecto así debería tener.
Recuerdo que un amigo compró un departamento y todo estaba perfecto, hasta que
abría las persianas del mismo para dejar que la mirada de oficinistas a unos
cuantos metros, pudieran entrar prácticamente a desayunar con él.
Conocí varios casos más, en donde ese sueño de habitar en una zona tan de
ensueño se vio, de la noche a la mañana, llena de autos donde las rutas de
escape parecían más trampas que otra cosa. Pero eso sí, el acuario, los museos,
el teatro y plazas comerciales son uno de los grandes atractivos de Nuevo
Polanco.
Por cierto, nunca me dieron el crédito que solicite, lo cual hoy es algo
que agradezco y a otro amigo que lo solicitó a la par mía, ya vive envuelto
entre torres y oficinistas voyeuristas que buscan las ventanas para descubrir
mundos que los saquen de lo aburrido que es su rutina diaria.
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