Nadie
debe dudar de la evolución que ha tenido México como entorno favorable para
hacer negocios. La proyección que distintas empresas han mostrado durante los
últimos 20 años en materia inmobiliaria es un claro ejemplo que nuestro país se
ha convertido en una excelente oportunidad de crecimiento.
En
el pasado, los cronistas del país destacaban a la Ciudad de México como la
gigante de hierro, urbe que albergaba obras en granito que conquistaban la
admiración de quien posaba los ojos en ellas. Colosales gigantes de concreto
que se han trasladado a otros estados gracias a la evolución de la rama
inmobiliaria.
En
el presente, en varias ciudades a lo largo del país, se van edificando nuevos
proyectos inmobiliarios que confirman la buena situación del sector. Para el
2018, por ejemplo, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) estima
que la inversión ascenderá a los 21 millones de dólares, predicción que habla
del buen momento que atraviesa la rama.
Con
estos números favorables y las nuevas tendencias se puede decir que dentro del
país se han creado nuevos recintos que hace unos años no se tenían contemplados
en los planes de los grandes desarrolladores de proyectos inmobiliarios.
De
acuerdo con el «Reporte de Perspectivas del Panorama Inmobiliario 2016», existen ciudades que muestran un aumento en las
oportunidades de negocios debido a factores que son tomados en cuenta como: el
crecimiento demográfico en esas metrópolis, lo cual, consecuentemente, origina demanda
de viviendas, el progreso económico gracias al desarrollo industrial y las
inversiones inmobiliarias que generan rendimientos atractivos con bajo riesgo.
Querétaro
es una de las ciudades con el mejor desempeño inmobiliario en los últimos años,
este sector en la ciudad aporta 9.7% del PIB estatal. Por ello, empresas
reconocidas han acogido a la ciudad como uno de los nuevos estandartes de obras
que pretenden crear nuevos paradigmas en la rama.
Como
evidencia de ello podemos hablar del proyecto Paseo Querétaro, que está
localizado en la zona de centro-sur de la ciudad y es el mayor desarrollo
planeado en cuanto a componente residencial, área financiera y comercial del
estado con un ARB total de aproximadamente 73,505 metros cuadrados.
Puebla
es otra de las ciudades con mayor proyección: la Asociación Mexicana de
Profesionales Inmobiliarios (AMPI) informó que hace 15 años el sector apenas
percibía un 10% de preferencia en cuanto a que los compradores de inmuebles lo
hacían fuera del estado, hoy las cifras oscilan en 40%. La expectativa es que
los siguientes 15 años son la mejor opción para adquirir un inmueble.
De
esta forma, Puebla está experimentando una de las más fuertes efervescencias de
su potencial inmobiliario, muestra de ello son las magnas obras que pretenden
edificarse en zonas que presentan un aumento en el crecimiento demográfico.
Vale
la pena mencionar que hace unos pocos días se colocó la primera piedra de
Explanada Puebla, un nuevo concepto en centros comerciales, entretenimiento y
descanso que además de contar con tiendas retail,
hotel y oficinas, tendrá una feria desplantada en una superficie de 7,000
metros cuadrados que, entre otras amenidades, contará con una rueda de la
fortuna y un globo aerostático.
De
esta forma podemos ver una marcada evolución: la Ciudad de México dejó de ser
la única urbe con obras dignas de mención, y en un futuro que luce no muy
lejano, nuevos cronistas hablarán de los avances inmobiliarios en el resto de las
ciudades del país.
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